Tuesday, March 29, 2011

Nunca una novela.

Besos regalados, denominadores mentirosos. Soñarte y ahogarme en culpa. Regocijo de un sadismo en el que me reconozco. Ojos que creyeron y vieron a través de mí.

Decime: Por qué estás conmigo? Tanto me necesitás? Tan poco te importo?

Jugar con fuego. Reinterpretar hechos estériles, módulos de aquello que fué sagrado. Simbología de memorias con un solo intérprete.

De nuevo: Dividir por cero y que todo tienda a infinito.

(...)

Maté al dragón, tengo el castillo. Decime: donde estás princesa?

1 comment:

Anonymous said...

I never left.